Aviso que entre un capítulo y otro puede haber transcurrido un mes o incluso más.

Gracias por las reviews, espero más comentarios en este y como siempre, gracias por leerlo :)

Beckett colgó el teléfono y se lo metió en el bolsillo de la cazadora. Espósito acababa de llamar para informar de que habían encontrado al sospechoso y en esos momentos se dirigían a una nave industrial donde creían que estaba.

-Vamos Castle – le dijo ella. Él no le hizo caso y se quedo parado, mirándola. Ella le miró, en busca de respuestas.

-Mira, Kate…. Sé que estás intentando evitar el tema, pero de verdad, creo que…

-¿Vienes o no? – le cortó ella, mientras salía de la habitación.

Pero Castle no se iba a dar por vencido, sacaría el tema más adelante. Y claro que iba con ella, no la iba a dejar sola mientras se siguiese exponiendo a cualquier tipo de peligro.

Cuando llegaron al lugar, Espósito y Ryan ya estaban esperándoles.

-¿No te vas a quedar en el coche, verdad? – Le dijo ella, antes de bajarse del automóvil.

-No – contestó él.

Bajaron del coche y se pusieron sus chalecos, mientras Espósito les informaba de los puntos de entrada y salida de la nave. Beckett y Castle cubrirían la parte delantera, mientras que Espósito y Ryan irían por la puerta trasera.

-¿Listo? – le dijo la detective a Castle, preparada para entrar.

-Yo lo estoy. ¿Lo estás tú?

-Estoy bien – le aseguró ella.

Abrió con cuidado la puerta metálica y, con la pistola en alto, se adentraron en la nave. A un lado había unas cajas de madera amontonadas, Beckett le hizo un gesto al escritor para que se escondiera tras ellas. Desde aquel ángulo la detective pudo observar movimiento detrás de otras cajas amontonadas casi al otro extremo de la nave, pero si se movía, sería un blanco fácil para el sospechoso. Esperó unos segundos hasta que vio cómo la puerta trasera se abría, lentamente. Eran sus compañeros. Esperó hasta que ellos la localizaron detrás de las cajas y entonces les hizo señas. En cuestión de segundos los tres se dirigieron hacia el sospechoso, acorralándolo y obligándole a levantar las manos.

-¡Policía de Nueva York, levante las manos! – gritaron los tres casi al unísono. Beckett disfrutaba realmente esos momentos de acción, aunque sabía que pronto dejaría de hacerlo. De hecho, esta era la última vez hasta dentro de unos meses.


Una vez en el loft de Castle, ella fue a darse una ducha, mientras él preparaba la cena. Estaba terminando de poner los platos en la mesa cuando ella apareció en la cocina. Su cara irradiaba felicidad, se puso frente a Castle y se remangó la camiseta del pijama, dejando ver a Castle su tripita, que empezaba a crecer.

Castle sonrió, emocionado al verla. Se acercó a Kate y le acarició el vientre, después, sin decir una palabra, ambos se miraron, sonriendo, felices. Con una mano todavía acariciando su vientre, Castle besó a la mujer que le había cambiado la vida.

Ambos se sentaron a cenar. Ella cogió su copa.

-¿Qué es? – preguntó, refiriéndose al líquido que contenía la copa.

-Zumo de arándanos – contestó él – no quería que te sintieses mal por no poder beber vino.

-Así parece que bebemos lo mismo. Porque el tuyo es vino.

-Yo no estoy literalmente embarazado – dijo él, sorbiendo un trago de su copa - ¿Cómo has sabido que lo mío era vino?

-Soy detective – sonrió ella, perspicaz – Sobre lo de esta mañana… tenías razón, intentaba evitar el tema – Castle no dijo nada, dejándole continuar – pero ya he tomado una decisión. A partir de ahora haré solo trabajo dentro de la comisaría.

-Sin peligros – añadió él.

-Sin peligros – confirmó ella.

-Entonces, ha llegado el momento de que lo hagamos público.