Quiero aclarar que cuando este en cursivas son pensamientos y flash backs, es fácil identificarlos; las "comillas" podrá ser sarcasmo o algo por el estilo.
Estos personajes no me pertenecen, son derecho de Nintendo y su creador el Sr. Miyamoto.
Sin mas los dejo con el fic:
Prólogo: El Héroe Perdido
Se encontraban en una especie de mansión, pero más bien parecía una casona de tortura. Las paredes no estaban pintadas, se veían grisáceas y gastadas; el techo, en sí, se encontraba en las mismas condiciones. Parecía que fuera a desmoronarse en cualquier momento sobre ellos.
Caminaban apresuradamente por los corredores. Se notaba que tenían prisa.
-¿Dónde está el muchacho?- Preguntó al fin con voz seca y fría. El hombre vestía con ropa "fina", pero no muy lujosa, digna de un guerrero, con tonos grises y rojos; sobre esta, una armadura que cubría su pecho y costados; pantalones de tela gruesa pero ligera, para dar mayor movimiento; botas cubiertas por una armadura de la punta del pie a la espinilla. Y por último, una capa roja. Su tez era de un moreno verdoso, una larga nariz, que llegaba a ser desagradable; ojos color ámbar y cabellos trenzados rojizos.
-Está en una de las habitaciones, mi Señor- Respondió tímidamente su más fiel servidor, un demonio que, a pesar de ser estricto y tener un temperamento colérico e irónico, le tenía un gran respeto a su Rey, más por miedo que cualquier otra cosa. Su aspecto era extraño, su tono de piel era en tonos grises blancos y algunas partes celestes. Tenía una armadura ligera de mallas y sobre esta una especie de capa-túnica roja escarlata.- Falta poco para llegar a ella.
-Y ¿Está preparado? - Continúo de la misma manera. El sujeto que lo acompañaba era su aliado, pero eso no quitaba el hecho de que debía tratarlo con respeto... si no deseaba morir.- Ha llegado el momento, y necesito que todo esté listo y sobre todo tú debes saberlo, no por nada te confié este trabajo.- Concluyó, haciendo énfasis en el "tú".
-Claro que sí, majestad – Contestó, colocando su mano derecha sobre su pecho, y sonriendo orgulloso de su resultado. Y anotó. - Llevamos toda su vida entrenándolo.
-Por eso debe estar listo, mental y físicamente – analizo – Sin sentimientos ni libertades. Todo debe estar perfecto. Sin fallas.
Se detuvieron frente a una puerta, que el caballero abrió. Ambos hombres ingresaron en la habitación enseguida. Dentro, dos jóvenes se levantaron en forma de respeto. Uno de ellos era el sobrino del caballero, Tialys. El otro, era diferente, era el muchacho que el Rey de los Demonios, Ganondorf, estaba buscando.
-Así que tú eres el joven Link… - Comenzó – Te han entrenado muy bien, me han dicho – El chico estaba tieso, no tenia nada que decir o hacer, al menos hasta que su rey se lo permitiera. Estaba vestido con una túnica verde, con un gorro muy peculiar que le hacía juego; debajo traía una malla metálica protectora; unos pantalones color sepia claro, casi llegaba al tono blanco; botas color marrón y unos guantes. Sus cabellos rubios, no muy largos y no muy cortos, que hacían perfecto juego con sus ojos azules y su piel de tez bronceada. – Y supongo que sabes cuál es nuestro propósito – el joven asistió con la cabeza. Todo lo que le habían metido en la cabeza eran viles mentiras; ellos sabían quién era él y como podían manipularlo - ¿A sí? Entonces, dime ¿Cuál es?
-Conquistar Hyrule – Contestó, con el mismo semblante serio.
-Excelente...- Parecía complacido - ¿Y...cuál es tú propósito?
-Asesinar a la princesa – Esbozó una macabra sonrisa. Para él, era el trabajo más simple de todos. Desde pequeño lo había educado para tener esa mentalidad.
Tialys lo miraba de manera extrañada, ese no era el joven que él conocía, el no era un asesino, y si lo habían entrenado ¡Qué más daba! Sabía lo que Link sentía ahora: Falso orgullo de sentirse importante, porque él así no era.
Ganondorf sonrió complacido. Creía, o más bien, sabía que el chico estaba convencido de que no tenía sentimientos en ese aspecto para su misión, al menos no la cobardía para no matar a alguien, para no matar a la joven más importante de Hyrule, la única heredera al trono.
"¿Y si te enamoras de la princesa, Link?" le preguntaba Tialys, el sobrino del caballero de Ganondorf, a lo que él respondía "Jaj no seas ridículo, el amor no existe".
-En ese caso, ven chico – El rey de los demonios lo dirigió a la puerta, dándole palmaditas en la espalda – Tenemos que mostrarte el plan, se nos agota el tiempo y no podemos detenerlo.
Continuará…
Este fue el prólogo de mi fic. Espero que les guste. Es corto en sí pero bueno es solo un prologo.
P-P