-Último capítulo -


Cinco meses después...

Después de su definitivo regreso a la 12th, la Inspectora de homicidios Kate Beckett se ocupaba de casos más importantes, habitualmente de seguridad nacional, pero lo hacía desde su comisaría, como siempre lo había hecho. Aquello no le había beneficiado a ella solamente ya que los detectives Ryan y Esposito habían sido asignados a ayudar con los casos a la Inspectora, siempre que ella así lo solicitase, por lo tanto, no eran pocas las veces en las que los tres volvían a trabajar juntos, acompañados, cómo no, del escritor.

Respecto a su vida personal, todo parecía ir sobre ruedas. El escritor y ella habían conseguido limar todas las asperezas pasadas de su relación y volvían a ser la perfecta pareja que habían sido antes. Como Beckett había abandonado su apartamento al marcharse a Washington, a su regreso se había quedado en el loft con la intención de buscar un apartamento para ella más adelante. Sin embargo Castle le había propuesto mudarse juntos, ver cómo funcionaban las cosas y, al parecer, no les iba nada mal.

Rick:

Se deslizó entre las sábanas hasta salir de la cama, evitando rozarla para no despertarla. Sacó el libro del primer cajón de su mesilla de noche y lo colocó sobre la mesilla de noche de Beckett. Él se quedó unos minutos observándola, no podía evitarlo.

Preparó café para ella, tal como le gustaba y se sirvió otro para él en su taza de 'casi poli' que ella le había regalado. Los puso en una bandeja, junto a una flor y regresó al dormitorio. Colocó el libro sobre la bandeja y la bandeja sobre la mesita de noche de ella y se volvió a meter entre las sábanas, esta vez dispuesto a despertarla.

Le pasó una mano por la cintura y comenzó a besar su cuello. Ella se giró, perezosamente, sonriendo, para encontrarse con los labios de él.

-Feliz cumpleaños Kate.

Ella volvió a sonreír, esta vez rodeando el cuello de Castle con sus brazos y proporcionándole un dulce e intenso beso. Kate bajó las manos hasta la cintura del escritor, dispuesta a tirar hacia bajo de esos pantalones.

-Espera, espera – le frenó él, separándose de sus labios para poder hablar – Hay algo que quiero darte antes.

Kate:

Ella se incorporó en la cama, después de que él lo hiciera también, dispuesta a ver cuál era su regalo. Fue entonces cuando vio en la mesilla una bandeja con sus dos tazas de café, una rosa y un libro.

-Cógelo – le dijo él.

Kate cogió el libro e inspeccionó la portada.

-Es tu nuevo libro – dijo, ilusionada.

-Hay una dedicatoria en la primera página.

Kate le dio un rápido beso en los labios antes de abrir el libro y cuando lo hizo, leyó atenta las palabras que el escritor le había dedicado.

Gracias por inspirarme para continuar escribiendo, por ser mi musa durante todo este tiempo y por ser mi motivo para sonreír ¿Te gustaría hacerme el hombre más feliz del mundo compartiendo el resto de mi vida conmigo?

Cuando Kate alzó la cabeza, Castle estaba frente a ella, sosteniendo una pequeña caja con un precioso anillo dentro.

-¡Oh dios mío! – gritó ella - ¡Rick, te estás proponiendo!

-Lo estoy haciendo – dijo él, riéndose ante la grata sorpresa que se había llevado Kate - ¿Entonces…?

-¡Sí! – dijo ella, sin dejarle terminar la frase – Sí quiero. Contigo, siempre.


Gracias por leerlo!