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Antes que nada, quiero aclarar que este no es un crossovers de Tenchi Muyō, no utilizare ninguno de los personajes de dicho anime, ellos son propiedad de Kajishima Masaki y Hiroshi Hayashi. Lo único que tendrá una ligera similitud, es la historia y planeó retorcerla hasta incorporar los personajes de Bleach. También utilizare uno que otro término utilizado en el anime, como Espacio pirata, el planeta Jurait entre otras cosas.

Mientras que si tomare prestados los personajes de Bleach aclarando que ni el anime, ni sus personajes me pertenecen son propiedad única de la ingeniosa mente de Tite Kubo.

Sin mas por decir les dejo con la historia, esperando que la disfruten tanto o mas, como yo lo hice, escribiéndola.

Para que la historia cobre un mejor sentido:

Los POV y conversaciones del personaje.

El relato hecho por autor.

«Pensamientos»

(Notas de autor)

- Conversaciones con el alma.

"Repuesta a conversación con el alma de shinigami"

^ Flash Black^


Capitulo 1

¡El primer encuentro siempre es desastroso!

Rukia POV.

Mi nombre es Kuchiki Rukia, estoy por cumplir dieciséis años y a unos meses de terminar el primer año de la preparatoria. En mi tiempo libre atiendo el templo de la familia. Vivo con mi tío y mi hermano mayor. Aunque este ultimo rara ves lo veo, nos llevamos muy bien, inclusive a pesar de su actitud fría y distante, por supuesto que eso seria una mentira.

La realidad, es otra. El jamás me ha dirigido una mirada, a veces me pregunto si me odia, el extrañamente no sale de la casa, a menos que sea de extrema urgencia. Mi vida se puede decir que es bastante normal, al grado de ser aburrida y rutinaria, pero no me importa, estoy más o menos feliz.

Bueno, todo seria perfecto si mi hermano mayor me quisiera, pero se que es algo imposible o eso creía hasta que me encontré con ese chico petulante, de extraño cabello, que odie desde el momento que entro a mi vida y todo se vino abajo.

Sera mejor empezar por el principio, a ese día en especifico...

… ღ…

1 de enero.

Al vivir tan apartada de la cuidad tengo que levantarme mucho más temprano que el resto del cuerpo estudiantil. Antes de irme a la escuela tengo que ocuparme de los deberes del templo y de la casa, este día no fue la excepción, termine a penas a tiempo.

¡Nos vemos luego, tío, hermano! — Me despedí pasando al lado de mi tío, que barría el inicio de las escaleras del templo. Desde hace tiempo he sospechado que realmente no es mi tío en sangre, ya que no compartimos ni apellido, ni mucho menos apariencia, el tiene el cabello blanco mientras que mi hermano y yo negro azabache. La verdad no me atrevo a meterme en los asuntos de mi hermano, solo se que ha ayudado a mi hermano en una tarea importante por la que el hombre se convirtió en casi un padre para el e incluso para mi.

¡Adiós Rukia! — Escuche la voz de mi tío despedirme.

Baje las largas escaleras a gran velocidad, incluso sentía que las saltaba de dos en dos a pesar de mi corta estatura "Agradecía tener tan buena condición física, gracias a los entrenamientos que me hacía pasar mi tío" En cuanto llegue al final, comencé a correr rumbo a la parada del autobús, para mi buena suerte lo alcance justo a tiempo. Dure veinte minutos para llegar a la estación y tomar el tren por otros treinta minutos, al llegar a la estación volví a echar a correr Después de pasar unas cuantas cuadras, llegue a la escuela que se encontraba en el lado sureste de la ciudad de Karakura, reduje la velocidad de mis pasos, pasando desapercibida entre el montón de estudiantes que corrían a sus respectivas clases, me dirigí directo a mi casillero para cambiar mis zapatos y posteriormente a mi salón.

¡Hola, Kuchiki-san! — Me saludo animadamente una chica de cabello castaño rojizo, alta, de abultado pecho y buenas proporciones en su cuerpo, no había chico que no la conociera. Inoue Orihime es una de mis mejores amigas, es acosada por la mitad de la clase por su cuerpo, actitud dulce e infantil a veces demasiado, al grado de parecer una tonta, pero no lo es. Después de la muerte de su hermano mayor y al no tener ningún otro familiar, ha tenido que encargarse de si misma, la admiro, yo no podría vivir sola, me gusta mucho tener compañía.

¡Hola Inoue! — Regrese el saludo no tan animada. Después de correr tanto creyendo que era tarde, perdí el aliento, casi jadeaba.

¡Rukia-nee! — Escuche la voz de uno de mis compañeros de clase, no me gire al saber perfectamente de quien se trataba, solo levante el puño inconscientemente, logrando golpearle certero en la cara. "Siempre pasaba lo mismo"

¡Ahh, como me duele mi cara! — Se quejo el chico. Keigo Asano, sin descripción, solo es un compañero de clase.

Y de nuevo, Rukia gana. — Declaro otra de mis amigas, ella tiene el cabello mucho más corto que el mío y por supuesto es más alta que yo. Su nombre Arizawa Tatsuki, es todo lo contrario de Orihime, es agresiva, impulsiva, golpeadora, ama el karate y todo lo que tenga que ver con deportes extremos, jamás viste ropa femenina a excepción de la falda escolar, por lo que se, vive con su madre en el centro de la ciudad, muy cerca del departamento de Orihime.

Lo siento, Keigo. — Me disculpe falsamente "Como odiaba que se me apareciera a mis espaldas con la clara intención de abrazarme"

¿Porque siempre haces lo mismo, Keigo? Aun sabiendo perfectamente que solo obtendrás un nuevo golpe. — Mizuiro, el siempre trae su celular en mano, parece que no tiene vida aparte de ese celular.

Autor POV.

¡Buenos días! Tomen asiento. — Apareció la maestra en la puerta, silenciando a todos los estudiantes, se sentó en su escritorio y comenzó a tomar lista.

Abarai Renji. — Dijo con voz alta y clara.

No ha llegado aun, Sensei. — Excusó Rukia, justo en ese momento la puerta se abrió sin la menor delicadeza. Alentando a todos de la presencia del recién llegado.

¡Me quede dormido! — Grito un pelirrojo jadeando, con ojeras negras debajo de los ojos, el uniforme desalineado y el cabello largo enmarañado.

Ya nos dinos cuenta cabeza de piña. — Dijo Tatsuki con burla, ocasionando que todos en la clase rieran por el comentario.

¿Tu? — Reclamo, pero fue silenciado.

Ya sabes el procedimiento, Abarai. — Gruño la maestra sin siquiera apartar la mirada de la lista.

Al pasillo con dos cubetas de agua por el resto de la hora. — Murmuro Renji saliendo del salón de nuevo…

El primer periodo de clases termino con el sonido respectivo de las campanas.

¿Porque llegaste tarde Renji? — Pregunto Rukia observando al pelirrojo que estaba sentado a su lado, sin dejar de bostezar sonorosamente.

Anoche tuve que trabajar hasta tarde en la tienda de Urahara-san. — Respondió mientras se estiraba.

Todavía trabajas con ese explotador. — Gruño Rukia. Claramente no conforme de donde trabajaba su amigo.

Rukia. Tú sabes que soy huérfano y no dispongo de un pago mensual por el gobierno como Orihime, tengo que trabajar. Además, el es el único que me da trabajo a cambio de vivir y comer en su casa, no me puedo quejar. — Explico el chico con ligera melancolía.

Al menos trajiste algo para almorzar. — Exigió saber sacando dos cajas de la mochila.

Yo… — El rugido de su estomago respondió por el, avergonzándolo delante de la pelinegra.

«! Maldición ¡ ¿Por qué siempre hago el ridículo frente a Rukia?». —Se reprendió mentalmente rascándose la nuca con nerviosismo.

Toma. — Rukia sonrió mientras le regalaba su segunda caja de almuerzo.

¡Gracias Rukia! — Agradeció tomando la caja de comida y devorándola como si no hubiera comido en semanas. Mientras que Rukia comía lentamente, en postura recta, tomándose su tiempo en cada bocado como si fuera miembro de la nobleza. Ambos terminaron su almuerzo y charlaron por el resto del descanso. El segundo periodo termino mas rápido de lo que imaginaban.

¡Rukia! ¿Vienes? — Grito Renji esperándola en la entrada.

Me toca la limpieza. — Respondió Rukia suspirando con pesadez. Renji solo asintió con la cabeza y desapareció con el resto de alumnos.

Rukia y varias de sus compañeras se quedaron a limpiar el salón de clases.

¿Estas saliendo con Renji? — Pregunto Orihime mientras limpiaban los bancos.

¡Solo somos amigo! Orihime. — Respondió Rukia con cansancio. No era la primera vez que alguien le preguntaba sobre su mejor amigo.

«Que acaso dos personas del sexo opuesto no pueden ser solo amigo». — Se quejo mentalmente.

¿Segura? — Cuestiono Tatsuki, que limpiaba los borradores.

Si. — Rectifico Rukia sin titubear…

Sin más preámbulos la escuela termino.

… ღ…

En algún punto recóndito, muy retirado del tercer planeta más cercano al sol, más específicamente en la oscuridad infinita que rodeaba esa Galaxia, se llevaba acabo una extenuante persecución.

Una nave de tamaño mediano color rojo y negro era acechada, muy de cerca por un extraño conjunto de afilados diamante dorados, unidos de forma anormal, de un tamaño considerable.

Observando mas de cerca el interior de los afilados diamantes se podía apreciar que se trataba de una nave, las paredes del lugar eran completamente negras, dificultando la visión, la luz era escasa a excepción de un montón de luces parpadeantes en un tablero de control, que dejaban ver una esbelta silueta sentada en un asiento de cuero en el centro de la nave.

¡Objetivo localizado! — Informo un voz masculina, ligeramente chillona.

Ponlo en la pantalla, Kon. — Ordeno una voz femenina perteneciente a la silueta sin rostro. Una de las paredes negras desapareció, siendo remplazada por una gigantesca pantalla, mostrando el objetivo.

¡No te escaparas! — Murmuro la silueta con satisfacción, moviendo sus dedos a gran velocidad sobre los comando en las tablas de control de los costados de su asiento de cuero. Cerrando la pantalla y regresando a la oscuridad, mientras que del techo se desplegó un extraño aparato, que cubrió su cabeza junto con una parte de su rostro.

Dos ojos rasgados de color azul marino observaban el objetivo a la vez que se desplegaban unas armas en el exterior de la nave.

No seas dura con el. Recuerda lo que dijo… — Regaño la voz electrónica.

Al diablo con el estúpido Consejo y Jurait. Esto lo hare a mi modo y será divertido. — No dejo que la maquina terminara de hablar, activando las armas que comenzaron a lanzar rayos rojos hacia la nave.

A pesar de que ambas naves viajaban a una velocidad impresionante, uno de los rayos fue capas de acertar en el blanco, provocando una explosión en la pequeña nave roja con negro.

¡Maldición, me dio! — Se quejo el único tripulante de la nave humeante. Se trataba de un joven desconocido que golpeo con sus manos desnudas el tablero de la nave, frustrado.

Computadora, dime el estado de los propulsores. — Grito el joven.

Potencia al 58%. — Respondió una voz femenina electrónica.

Llévame al planeta más cercano. — Ordeno con furia, moviendo varios botones del tablero, con rapidez.

El Piloto automático, junto con la potencia de uno de los propulsores se averió. — Informo el sistema artificial de la Nave.

Activa manual — Ordeno colocándose unos extraños antejos plateados mientras que un manubrio se desplego del tablero principal, las manos del chico se posesionaron de el.

El chico se frustro, observando la oscuridad del espacio y sintiendo el impacto de otro rayo, estaba perdiendo la paciencia, cuando una lluvia de meteoros apareció en su campo de visión, sin pensarlo se interno en ella, esquivando vario meteoritos. Al tener una nave tan pequeña no le fue difícil esquivar la lluvia.

¿El sistema de invisibilidad aun funciona? — Pregunto al sistema, planeando una estrategia en su mente.

Si, pero se llevara el 20% de la potencia, dejándonos solo el 38% para aterrizar, eso si logramos salir de la tormenta. — Explico la maquina.

«Tengo que arriesgarme». — Pensó el chico maniobrando con dificultad entre las rocas flotantes, siendo seguido muy de cerca por el cazador.

Los ojos del chico se ampliaron al esquivar muy a penas una enorme roca, casi del tamaño de un planeta, para su mala suerte la otra nave también la esquivo sin ningún rasguño, continuo hasta que se introdujo en una pequeña abertura, perdiendo a la nave más grande.

Sonrió al sentirse victorioso, pero su satisfacción no duro mucho al ser interceptado kilómetros adelante por la nave enemiga, quedando a su merced.

Estas a mi merced príncipe de Jurait, ríndete. — Ordeno la voz con autoridad y clara satisfacción.

¡Nunca! — Grito por los altavoces de la nave, desapareciendo en una abertura subterránea que se abrió por debajo del asteroide.

Activa el campo de invisibilidad. — Ordeno al salir del asteroide y no ver por ningún lado los diamantes dorados.

El piloto de la nave dorada, se enfureció retomando la persecución, pero un obstáculo gigantesco se impacto contra un costado, impidiéndole seguir ala nave más pequeña, para cuando logro salir del asteroide, ya no había ni rastro de su presa y su propia nave estaba sufriendo los efectos de quedar atrapada en la tormenta de meteoritos, con abolladuras y daño total.

Es astuto y escurridizo. — Susurro el tripulante de la nave de diamantes, sonriendo imperceptible, a pesar de haber perdido...

Su sonrisa era una señal de estar satisfecha por aquella persecución, no todos lo días encontraba a alguien que podía escapar de su garras, lo que indicaba que no era cualquier principito mimado. En ese momento juro para si misma atraparlo y regresarlo a Jurait, y ella era bien conocida por siempre cumplir con todo lo que se proponía, no por nada era la mejor y reconocida espacio pirata en más galaxias de las que podía recordar.

… ღ…

La noche lentamente se estaba apoderando de la ciudad y las lámparas se comenzaban a encender, incluso desde su localización en el bosque, muy retirado de la ciudad, conforme Rukia avanzaba, no tardo en empezar a subir las inmensas escaleras hacia el templo. Llevaba consigo dos bolsas llenas de víveres y su mochila sobre su hombro derecho.

« Espero que mi hermano y tío, no estén muriendo de hambre». — Pensó, suspirando pesadamente, deteniéndose unos segundos en uno de los escalones. Cuando de pronto un zumbido en el cielo nocturno atrapo su atención, seguido de un fuerte destello que parecía caer en picada.

¿Que extraña, estrella fugaz? — Dijo observando detenidamente. Cuando de pronto el zumbido se intensifico y una luz segadora se impacto contra el suelo en medio del bosque a varios kilómetros de distancia del templo.

¡Eso no era una estrella! ¡¿Que rayos era?! — Grito alterada dejando caer las bolsas al suelo. Se debatió por un momento en ir o no a investigar.

Al final, su curiosidad gano sobre su sentido de responsabilidad de llegar a casa, oculto las bolsas junto con su mochila a un costado de las escaleras y comenzó a correr en sentido contrario.

Corrió por el bosque en medio de la oscuridad, esquivando ramas y piedras por el camino de tierra, sin parar, si quiera a tomar un respiro, preguntándose silenciosamente que encontraría en el lugar de la explosión, por fin llego a un enorme claro donde varios arboles fueron derribados por el impacto.

Avanzó cautelosa hasta llegar a un enorme y humeante cráter, con cuidado se aventuro a acercarse más de lo que debería asomando el rostro por los bordes de tierra que provoco la estrella al impactarse.

Una nave. — Jadeo abriendo mucho los ojos ante al evento sobre natural que estaba presenciando. Frente a ella se encontraba una capsula, de color negro con imágenes de rayos rojos y de gran tamaño, en forma ovalada, donde al menos cabrían dos personas con comodidad.

« Creo que jamás debí leer las historietas de ciencia ficción que Keigo me presto. ¿Como va ser una nave?, no seas tonta, Rukia. Seguramente debe de ser un satélite de prueba». — Se dijo a si misma palmeándose la cara. Descartando esa opción tan rápido como lo pensó.

Un sonido proveniente del satélite llamo su atención y para su sorpresa una escotilla se abrió y una mano color negra salió, apoyándose en el metal de la nave.

« ¡Kami, es un extraterrestre! ¡Un extraterrestre de verdad! ¡Si me ve, seguramente me matara, debe de ser hostil!». — Pensó en pánico llevándose una mano al pecho mientras se escondía en los bordes de tierra, armándose con una gruesa y pesada ramas de árbol que estaba tirada en el suelo.

En silencio espero hasta que el crujido en las ramas alerto que el ser alienígena se acercaba a pasos lentos.

¡No gobernaras mi planeta! — Grito saltando de su posición y golpeándolo duro en el abdomen.

¡Ah! — Se quejo el alienígena tirando en el suelo recibiendo golpes.

«Eso se escucho demasiado humano. Ignóralo, solo están tratando de controlar mi mente ». — Pensó extrañada, pero su misma mente omitió su primer pensamiento, aun golpeándolo.

¿Que demonios te pasa? — Se quejo de nuevo esta vez con una voz varonil, deteniendo el palo con el que lo golpeaba y lanzándolo lejos con furia.

¡Aléjate alíen! — Grito de nuevo alejándose con cautela. Tropezó con los escombros cayendo sobre su trasero y a ciegas tomo otro palo.

No soy ningún alíen, duende. — Gruño de nuevo la misma voz.

¿A quien llamas duende? — Rugió golpeándolo directo en la cara. El alienígena cayó con un ruido sordo e inconsciente en el suelo.

¡Uhh! ¡Acabe con el alíen! — Festejo al no escuchar ningún otro reclamo o queja por parte de ser sobrenatural.

«Los alíen no se quejas o insultan. Tal vez ni siquiera hablen». — Grito una parte de su mente. Deteniendo abruptamente sus festejos obligándola a darle una segunda mirada al alienígena tirado en el suelo. En ese momento la luz de la luna ilumino la oscuridad del lugar por un segundo.

Un chico. — Jadeo sintiéndose completamente estúpida y ridícula ante lo ocurrido…

En el suelo se encontraba un atractivo chico, mas alto que ella, con el rostro completamente relajado a pesar del chichón enorme que sobresalía de su cabeza, tenía la tez bronceada y tatuajes extraños en el lado derecho de la cara, el cabello ligeramente largo y de sorprendente anaranjado brillante, sostenido por unos extraños broches blancos a cada lado de la cabeza, a pesar de ser delgado, sus tonificados músculos se notaban incluso a través de la gruesa tela de un kimono tradicional color negro que llevaba, guantes negros de piel cubrían sus manos hasta los codos, junto a el se encontraba una espada de gran tamaño en vuelta en vendas.

¡Es lindo! — Murmuro inconscientemente. Un tic ataco unos de sus ojos y frunció el ceño al escucharse a si misma.

« ¿Que? Como puedo pensar que es lindo, por supuesto que no. Además, ¿Porque salió de esa nave? ¿Quien rayos es? ¿Porque si tenia esa enorme espada no se defendió?» — Miles de preguntas pasaban por la mente de Rukia.

¡Oh Kami! ¡Espero no haberlo matado! — Dijo Rukia con preocupación acercándose al inconsciente chico tendido en el suelo…

… ღ…

N/A:

Dependiendo del nivel de aceptación que tenga mi historia, publicare el segundo episodio.


Aviso importante:

Estaré de vacaciones las siguientes semanas y para mi mala suerte el lugar a donde voy, no hay computadora y mucho menos hay Internet y en la Tv, solo se ven tres canales. :-(

¡Espero sobrevivir!