Recomendación musical: Duality - Slipknot


Bleach pertenece a Tite Kubo


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Es facil perder la calma,

pero lo mas dificil es mantenerla…

No cabía en sí de la impresión, es que simplemente no lo podía creer; jamás pensó que él se atrevería a hacer tal cosa…

Estaba furiosa…

Al salir del instituto fueron directo al distrito comercial, Kojima se había llevado a Asano a un local de tecnología, ella y Orihime habían entrado a una librería en donde se promocionaba la novela más reciente de su manga favorito, todo iba de maravilla a pesar de los policías que rondaban por las calles transitadas, bueno no era para menos lo que había ocurrido en la noche no había sido un simple acto de vandalismo como muchos aseguraban, habían victimas que en esos momentos estaban en un hospital incluso también algunos muertos, un edificio de departamentos había sido incendiado por completo y había quienes hablaban de terrorismo, insólito para un pequeño distrito como Karakura.

Así que como buena ciudadana debería cumplir con lo que la seguridad pública recomendo: no estar tanto tiempo en la calle. Así que cuando sus compañeros terminaron sus compras ella y su mejor amiga sugirieron regresar a casa cosa que los chicos aceptaron de buena gana.

Regresaron por el mismo camino pasando por el parque que estaba cerca del instituto ya Orihime se le ocurrió comprar un helado.

—Vamos Tatsuki-chan solo lo compraremos y nos vamos te prometemos que no tardamos, ándale ¿sí? — suplico poniendo sus mejores pucheros.

—Ya que, pero no nos tardaremos, debemos regresar a casa temprano— suspiro derrotada siguiendo a su amiga que contenta iba al frente, Keigo y Mizuiro las siguieron.

Sin embargo, al estar a punto de cruzar la calle, justo frente a la heladería pudo reconocer una llamativa cabellera naranja atreves del cristal, pensó que sería un error, pero ¿Quién más tenía el cabello naranja, si no Ichigo? Y lo más desconcertante es que no estaba solo, Kuchiki Rukia estaba junto a él frente al mostrador, ambos vestían el uniforme lo que solo indicaba una sola cosa.

Se habían saltado las clases… juntos.

El silencio de sus compañeros le indica que estaban viendo lo mismo, preocupada volteo a ver a su amiga que estaba con los ojos bien abiertos y sin saber cómo interpretar lo que tenía en frente. Y a decir verdad ella tampoco tenia idea de que decir.

Mizuiro y Keigo eran otro asunto, ellos también estaban sorprendidos, pero no lo tomaron mal, de hecho, les parecía asombroso que Ichigo hiciera una cosa así, porque ¡vamos! Por muy problemático que fuera con otros chicos que le buscaran pelea Ichigo era incapaz de hacer una cosa como estas y correr el riesgo de que su mamá se entere y no porque le tuviera miedo si no porque no quería decepcionarla.

Ambos chicos se dispusieron a cruzar la calle y saludarlos para ver que excusaban y como no, a burlarse un rato, pero la escena que vieron los detuvo de nuevo dejándolos perplejos. Mizuiro vio de reojo a sus compañeras, Arisawa pareció que de un momento a otro iba a explotar e Inoue tenía una expresión muy extraña, una que nunca le había visto y que no sabía descifrar.

—Ah Keigo vamos tu hermana segura te regañara si llegas tarde…— el castaño le dio una mirada a su compañero y luego a las chicas, asintió sorprendentemente en silencio.

Se despidieron con un vacilante "nos vemos" y se fueron a paso apresurado.

—¿S-sabe qué? Ya no tengo apetito n-nos vemos mañana Tatsuki-chan— se dio la vuelta caminando rápido tratando de que los acelerados latidos de su corazón se calmaran.

—¡Orihime espera! —estaba furiosa, su amiga tenía una expresión muy triste ¡maldito Ichigo! Todo era su culpa, de él y de esa odiosa snob pero ya se encargaría ella de ponerlos en su lugar.

La pelirroja continuo con su apresurado y torpe andar a pesar de que su amiga se esforzaba en cambiar de tema ella simplemente no podía sacarse esa escena en donde Kurosaki-kun y Kuchiki-san compartieron sus helados de forma tan íntima.

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Rukia y los Kurosaki habían llegado a la heladería entre risas y malos comentarios hacia el único chico que las acompañaba; Karin y Rukia se habían unido en su contra y no paraban de molestarlo y no es que a Ichigo le gustara, pero al menos Karin actuaba normal y eso era un avance, al menos por ahora era bueno que se distrajera.

Esperaron pacientes a que se les atendiera y mientras esperaban sus pedidos las hermanas Kurosaki fueron al baño.

Ichigo vio distraídamente hacia afuera recargado en el mostrador mientras su compañera pelinegra estaba eligiendo el sabor de su helado, el por lo menos ya había elegido el suyo y solo esperaba a que se lo entregaran.

—Toma, chocolate para ti… eres muy simple ¿Por qué no pruebas otro sabor? — Rukia le ofreció el barquillo que el tomo de mala gana.

—Por qué no me da mi gana ¿de qué es el tuyo? — Ichigo se giró a ver a su compañera, cambió la espalda de nuevo a la calle.

—Decía frutos rojos y crema con jarabe de no sé qué…— se encogió de hombros.

—Ni siquiera sabes bien de que sabor es…— le espeto viéndola con los ojos entrecerrados.

Ella se encogió de hombros y lo ignoro mientras comenzaba a comer el helado y esperaba que las niñas regresaran de los sanitarios, Ichigo bufo y se giró de nuevo viendo hacia la calle y sin que pudiera evitarlo le hecho un vistazo de reojo a su compañera que parecía disfrutar mucho de su helado por lo que antes de ser muy consciente de lo que hacia tomo la mano de la chica que contenía el postre y se lo llevo a la boca para probarlo.

Kuchiki se sorprendió por el arrepentino tirón que el chico le dio a su mano, molesta volteo a verlo solo para encontrarlo comiéndose su helado cosa que en vez de sorprenderle la enojo más, nadie se metía con sus dulces si no pregúntenle a Renji…

Debido a la diferencia de altura Rukia quedo pegada a su costado izquierdo se vio obligado a pararse de puntitas para estirar el brazo y aun así Ichigo se inclinó sobre ella para facilitar su tarea.

Ichigo probó un gran bocado del helado de la pelinegra que en honor a la verdad estaba delicioso, sin embargo, su visión periférica capto a los chicos que estaban del otro lado de la acera cosa que no pudo asegurar ya que su mirada miel regreso a su compañera a la cual le temblaba una ceja de lo molesta que estaba, percatándose al fin de lo que había hecho la vergüenza por su arrebato se presentó en su cara tiñendo sus mejillas de un tenue rosado.

Queriendo disimular la vergüenza puso su helado frente al rostro de su compañera en muda ofrenda de paz antes de que se pusieran a pelear. Rukia ya le iba a soltar un par de palabrotas cuando el chico le ofreció su helado y su molestia se esfumo al instante, Ichigo tomo nota de eso, ahora sabia como calmar a la bestia, sin embargo se vio incapaz de pensar en algo mas ya que la pelinegra se le pego más y tomo su mano para probar el helado lamiendo el chocolate de tal manera que logro ponerlo muy incómodo por lo que desvió la vista de nuevo a la calle comprobando que efectivamente las personas de antes si eran sus amigos, pero ellos simplemente se fueron en vez de ir con el cómo supuso que harían lo que si alcanzo a ver con mucha claridad fue la mirada rencorosa que le dedico Tatsuki, cosa que sin ser consciente le lleno de rabia.

—Bueno no está mal— le dijo viéndolo de manera inquisitiva, parecía enojado.

El chico regreso su atención a su compañera tratando de olvidar su enojo hacia Tatsuki pero no pudo por lo que solo asintió a lo que Rukia le dijo.

Ella no insistió al verlo apretar su mano libre en un puño hasta que sus nudillos se pusieron blancos, en ese momento las mellizas regresaron y pidieron su helado sin notar la extraña atmósfera que se formó, solo Karin vio de reojo a su hermano extrañada, pero Kuchiki solo negó con la cabeza y ella entendió que no debía molestarlo sin preguntarse qué había pasado al fin y al cabo Ichigo era bastante irascible.

Salieron de ahí con la incesante verborrea de Yuzu a la cual solo Karin prestó atención, Rukia no sabía exactamente qué había pasado; Ichigo estaba bien y de repente parecía muy enfadado, cuando probaba el helado del chico vio a sus compañeros de clase frente a la heladería sin embargo algo hiso que el pelinaranja se molestara y ese enojo aún no se iba y ya llevan un rato caminado y el chico caminaba tras ellas con expresión enfadada.

Se detuvo al pasar junto a la parada de autobús llamando la atención de los otros.

—¿Qué sucede Rukia-chan? —Dijo Karin

—Me tengo que ir, es tarde y tengo que llegar a mi casa…

—Oh claro gracias por acompañarnos— le dijo Yuzu con una sonrisa

Se despidió de ambas niñas que siguieron su camino, Ichigo se acercó a ella para despedirse.

—Oye sobre hoy… bueno gracias yo en realidad no sabría que hacer así que agradezco tus palabras…— se revolvió el cabello incómodo.

—Está bien no hice mucho en realidad tampoco quería ir a clases— se encogió de hombros despreocupada, él solo asintió —solo evita que tu enojo le llegué a tus hermanas…

Le dijo dejándolo perplejo una vez más, sin dejarlo que le dijera algo más se subió al autobús que en ese momento se detuvo.

El chico se quedó pensando ¿era tan fácil de leer? Una vez Mizuiro le había dicho que su seria mirada hacia que fuera imposible saber que estaba pensando; ¿Cómo le hacia esta enana? De alguna extraña forma siempre sabía que sucedía con el…

Aterrador…

Tomando aire siguió su camino con sus hermanas que iban unos pasos delante de él, justo cuando llegaron a su casa y que su irritación había menguado, ahí frente a la baranda de metal estaba Tatsuki de brazos cruzados y mala cara y esperando obviamente.

—¡Hola Tatsuki-chan! Que gusto verte— Yuzu se acerco gustosa a saludarle

—Hola niñas, también me da gusto verlas— acaricio la cabeza de ambas con una sonrisa

—Vamos a dentro a mamá le dar gusto verte— le dijo Karin abriendo la puerta

—Oh no descuiden solo vine a decir algo a Ichigo y me voy, pero gracias— les dijo con la sonrisa más forzada y tensa

—Ya entren voy en un segundo— les dijo el chico, espero paciente a que entraran a la casa y se giró a su amiga —¿Y bien? — le espeto cruzándose de brazos

—¿En dónde diablos estabas? — pregunto entrecerrando los ojos

—No es tu asunto— le devolvió de la misma manera.

—¡Qué mierda Ichigo! No fuiste a clases, no contestas el maldito teléfono y cuando te veo estas con Kuchiki ¿Qué diablos significa eso? — le reclamo completamente agitada

—¿Cuál es tu maldito problema? Lo que yo haga o deje de hacer no te interesa ¿A ti que jodido te importa si estaba con Rukia? — para Ichigo estas reclamaciones eran absurdas.

—Te largas con esa a quién sabe dónde poniéndote en peligro y preocupándonos a todos los demás ¡que harás si tus padres se enteran! — se acercó a él casi gritándole en la cara.

—¡Que se entre! No me estaba escondiendo estúpida, así que no me estás jodiendo que no eres ni mi madre ni mi hermana y mucho menos mi novia para que vengas a hacerme estos dramas a mi casa— la tomo bruscamente del brazo para recalcar sus palabras y quitarla de la entrada

La chica hiso una mueca por el fuerte agarre, pero su mirada la detuvo de cualquier acción, los ojos de Ichigo habían tomado una tonalidad diferente y con el atardecer parecían brillar de un extraño tono amarillo. Enojada se soltó de un tirón.

—Mira Ichigo…

—¡No mira tú! No sé quien diablos te cree para venir a reclamarme, pero te lo advierto Tatsuki, bájate de tu nube que seas mi amiga no te da derecho a que estés encima de mí vigilando lo que hago así que déjame en paz— y con eso ultimo la dejo y entro a su casa.

Arisawa apretó los puños, las palabras de Ichigo le habían dolido más de lo que imaginó, tomo aire y se encamino a su hogar esto no había terminado.

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Cuando Rukia llego a casa la noche ya había caído, había mucho movimiento dentro de la casa por lo que rodeo por el patio trasero y entro a su habitación por el balcón encontrándose a Momo abriendo su armario.

—Bienvenida, debes prepararte Byakuya-sama quiere recibirlos apropiadamente— le dijo mientras la veía recostarse en su cama.

—¿Ya están todos? Eso fue rápido…—murmuro con pereza

Hinamori la vio de reojo, recostada con un brazo cubriendo parcialmente su rostro, estaba demasiado curiosa al leer el mensaje que le envió a medio día así que simplemente le preguntó:

—Rukia-sama… ¿Por qué te agrada ese muchacho? — pregunto viéndola inquisitiva

—No ves nada especial cuando lo vez o lo tienes cerca ¿cierto? — se sentó en su cama

—No… ¿Por qué, tú sí? — la vio perspicaz, sabía que había algo que la morena le vio a ese muchacho

—Es extraño, pero no puedo sentir su presencia, se lo insinué a Hitsugaya pero él dijo lo mismo que tú y eso me intriga— se volvió a dejar caer en la cama

—Ciertamente es muy inusual que tu sientas eso, ¿crees que sea algo peligroso? — jamás había escuchado tal cosa, pero la morena no mentía, jamás lo haría

—Eso es lo que intento averiguar, no sé, lo veas por donde lo ves es muy extraño que solo yo lo note…— se levantó de la cama para acercarse a la ducha.

—¿Hablaste con Byakuya-sama?

—No, le diré cuando no este ocupado…—murmuro cerrando la puerta del baño.

Hinamori siguió pensando en el tema mientras preparaba la ropa de la pelinegra y la dejaba sobre su cama, seguramente estaba en lo correcto cuando vio a Rukia acercarse tan amistosamente a ese muchacho de llamativos cabello, algo le había visto que llamo su atención, según la Kuchiki no sintió su presencia y eso era tan inusual como preocupante ella sintió una simple presencia humana, pero ahora debería vigilarlo mejor, esto ya le estaba dando un mal presentimiento.

En el baño Rukia estaba con los ojos cerrados mientras el agua caía sobre su cabeza, ese enojo repentino de Ichigo en la heladería la dejo totalmente pasmada, podría jurar por todos sus ancestros que despidió una muy pequeña cantidad de reiatsu, no supo qué diablos vio que lo hiso enojar con sus amigos, pero definitivamente de su cuerpo salio energia.

No, esto ya estaba subiendo de nivel

¿Acercarse a él? ¿Usar su amistad para saciar su curiosidad? ¡JA! ¡Una mierda! Eso ya no servía, Ichigo ocultaba algo, pero la realidad era y estaba jodidamente segura que ni el sabía ni era consciente de eso.

Y ¿si era honesta con él y preguntaba? A pesar de todo el muchacho había sido muy honesto con ella, la malicia de una mentira era fácil de identificar para ella y el muchacho no le había mentido en ningún momento, ¡maldita sea! Esa energía la puso nerviosa ¡a ella! Tenía que hablar con su hermano, era realmente urgente decirle a Ichigo y hablar con el pelinaranja mas directamente, no tenia ni idea de como pero debia hacerlo.

Salió del baño con prisa, se estaba estresando solo de seguir pensando en la sensación de esa energía… había sido… había sido…

—¿Qué sucedió?

Casi soltó la toalla que cubría su cuerpo al escuchar la voz de Yoruichi desde su diván.

La de cabello púrpura entró a la habitación para ver si ya estaba lista y se la encontró viendo fijamente el vestido que estaba sobre la cama de forma ausente, se acercó al ver que Rukia se había quedado sorprendida con su presencia.

—¿Todo bien?— volvió a preguntar al ver que la morena estaba totalmente perdida.

—Si… lo siento, no es nada solo me sorprendiste— salió de su trance al ver a la chica de cerca y viéndola preocupada.

—¿Segura? Tu expresión… era… bueno, estaba asustada— tomo su mejilla y la vio directo a los ojos, esos ojos violetas la vieron confundidos.

—Asustada… espera ¿Qué? —ahora con una expresión realmente alucinada jamás vista en su bonito rostro dio un paso atrás y se llevó la mano al cabello despeinándose incrédula.

—Rukia… ¿Qué viste? ¡estás asustada!

—¡No es cierto!

Ambas se miraron, y la pelinegra apretó más el nudo de su toalla

—Mi hermano… tráelo— trago saliva realmente nerviosa, no entendía bien por que estaba así pero ya no podía mantenerlo esta situación solo para ella, necesitaba ayuda...

—Oye todos están aquí y debemos recibirlos no creo que…

—¡Que esperen! Tráelo ahora…— que mierda ella no estaba asustada… no debería estar asustada

Yoruichi ya no dijo nada, ver a Rukia así de alterada le revolvió el estomago, desapareció para ir por Byakuya quien encontró al final del pasillo saliendo de su habitación.

Sin decir palabra lo tomo del brazo y lo jalo hasta la habitación de Rukia, el peligro levantó una ceja e iba a preguntar que carajos pasaban, pero se dio cuenta de que estaban frente a la habitación de su hermana.

Rukia en cambio se puso un albornoz de seda que tenia cerca, cuando la puerta de se abrio de repente y entraron los otros dos con cara de circunstancias.

—¿Por qué la prisa y el misterio? — fue lo que soltó el de ojos grises

La menor se sentó en la orilla de la cama viendo a ambos y todavía sin saber como explicar así que solo empezó a hablar

—Yo… bueno cuando llegamos, es decir— soltó el aire y se relajó —El primer día que fui a la preparatoria conocí a un chico...

Los mayores levantaron una ceja ¿le gustó un chico? ¿Un humano?

—No sacaron conclusiones— les espetó con la misma mirada al ver sus caras

—Es un chico del cual no siento ninguna energía… no siento nada y Momo si, ella dice que es normal…

Y procedió a decirles absolutamente todo, desde que conoció a Ichigo hasta esa misma tarde, no omitió absolutamente nada.

—Tengo que verlo… es realmente interesante…— Murmuró Yoruichi con la mirada fija en la vampiresa menor, ella solo asintió

—Rukia, será mejor que lo mantengas vigilado, hablare con Cifer... "y con Kugo" …— pensado al final, sin decir más se encamino fuera de la habitación —Andando nos están esperando…

Sin más salió, mientras Yoruichi la ayudo a vestir en un silencio meditabundo.

Cuando estuvo preparado con un elegante vestido negro de corte vintage, salió con Yoruichi que traía un vestido del mismo color, pero con un diseño moderno más ajustado y sensual, Byakuya estaba esperando en el pasillo, pero su serena expresión no estaba, ahora tenía el ceño fruncido y sus ojos grises brillaban como el mercurio, sin duda estaba molesto, y no se equivocaban lo que había dicho su hermana era muy inesperado pero sinceramente no le sorprendía, una vez los tres juntos caminaron a las escaleras y se caminaron al salón que había dentro de la mansión.

Cuando llegaron. Las enormes puertas dobles se abrieron haciendo que todos los invitados voltearon a verlos con una reverencia.

—Byakuya-sama un placer verte de nuevo— le saludo Hirako con una mueca burlona e inclinándose mas ante el

Hiyori le soltó un pellizco en el brazo que el rubio ignoro totalmente al ver que Yoruichi le correspondía la sonrisa torcida

Sin decir palabra caminaron hasta el fondo donde había una chimenea más grande que la de la biblioteca, había cómodos sofás distribuidos por todo el salón con mesas al centro y una barra al fondo con las más costosas botellas de diferentes tipos de alcohol y de muchas partes del mundo, la mayoría de los presentes ya tenía un trago en la mano y seguían expectantes a lo que dijeran los jóvenes.

—Honestamente no creí que acudieran a este llamado…— de la mesita frente a él abrió una caja de madera de donde saco un habano Cohiba Behike, los más costosos del planeta y lo encendió con una calma que estaba poniendo de los nervios a algunos ahí .

—Ciertamente es un placer verlos de nuevo, aunque me gustaría saber por qué el llamado… esperaba que me lo dijeras…— Kyoraku levantó la mirada levemente aun semi oculto en su sombrero Fedora y le sonrió sinceramente.

El profundo silencio que se cernió en ese enorme salón fue absoluto, todos esos pares de ojos brillaron en un esplendoroso escarlata, la luz tenue y el fuego de la chimenea, el frio aire que se colaba por los grandes ventanales semi abiertos creaban un ambiente discreto e íntimamente, Kugo que estaba al fondo del salón seguía pensando en por que lo llamaron también a él cuando de repente la temperatura descendió varios grados alertando a los presentes.

Los ojos del primogénito Kuchiki se tornaron totalmente negros y su pupila escarlata brillo de forma siniestra mientras la atmósfera tranquila se hacia pesada y dificultaba la respiración de algunos de los presentes que no podía tolerar tal poder, la energía que expulso Byakuya era formidable, sofocante y asustaba… nadie debería tener tan absurdo poder…pero ahí en sus ojos había tanto rencor, tanta ira…

Y eso los horrorizaba aun mas

El pelinegro por su parte solo dejo salir lentamente el humo de sus finos labios y con una sonrisa ladeada llena de arrogancia y altives que le erizo la piel a más de uno, su voz profunda y masculina resonó en la cabeza de todos cuando simplemente dijo:

—Encontramos a Aizen Sosuke…

El sonido de cristales rotos se escuchó en varios puntos del salón

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Ichigo entro a su casa dando un brusco portazo, quitándose los zapatos con furia que no noto a su madre viéndolo preocupada.

Masaki se alerta al escuchar semejante golpe en la puerta y cuando llego a la entrada de su casa encontro a su hijo respirando con dificultad.

—Cariño ¿estás bien? — se acercó más al muchacho intentando tocar su hombro, pero el chico lo evito de un brusco movimiento

—No y no fui a clases por si te dicen algo— paso a su madre y de fuertes pisadas empezó a subir las escaleras

—¿Cómo no fuiste a clase? ¿No entras a la escuela Ichigo? — sorprendida lo seguido

—¡No mamá! ¡No entre a la maldita escuela! — le alzo la voz a su madre como jamas lo habia hecho

—¡ICHIGO! NO LE HABLES ASI A TU MADRE— la potente voz de Isshin, esa que siempre estaba alegre y chillona, esa que jamás se había escuchado tan furiosa y tan fuerte asusto a todos, menos al pelinaranja que los vio con cierta sorna y prepotencia dejando mudos a sus padres

—si como digas papá …— les contesto con fastidio y de forma muy grosera les dio la espalda y subió hasta su habitación dando otro portazo.

Isshin más que enojado por esa horrible actitud que no era para nada de su hijo ya iba tras él cuando sintió las gentiles manos de su esposa tomar suavemente su brazo, volteo y al verla negar con la cabeza desistió de seguir a Ichigo y acomodarle las ideas , la vio mover sus labios y lo que entendió lo hizo ver preocupó las escaleras por donde se fue su hijo.

Masaki volvió al comedor y les sonrió a sus hijas para tranquilizarlas porque al escuchar a su padre tan enojado las había asustado, las gemelas no preguntaron nada pero estaban preocupadas, Isshin tardo un poco mas viendo fijamente el suelo mientras apretaba los puños tratando de controlar sus emociones

"sus ojos..."

Fue lo que le dijo a su esposa en esa muda conversacion

Sentía tanta frustración, tanta ira…

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Ichigo arrojo al suelo su bolso y no conforme se fue contra su escritorio botando todo lo que ahí había al suelo rompiendo varias cosas en el proceso, en su puerta se escuchaba un par de ladridos mientras seguía tirando y rompiendo sus cosas.

—¡CALLATE KON! — le grito fuera de si al perro que soltó un par de quejidos y bajo las escaleras rápidamente.

Se llevo las manos a la cabeza tratando de calmarse para después de tomar una almohada y cubrirse la cara para gritar.

Mientas se desahogaba con la almohada no podia dejar de pensar

" ¿Por qué? ¿Por qué? ¡maldita sea!

¡¿Por qué siento tanta IRA?!


Continuara…