Nota de autor: sé que seguramente les alterará este repentino "cambio de planes": decidí alterar el plazo de tiempo que Robert le da Al Mualim de un mes a seis ¿Por qué razón? Sinceramente creo que una historia de Robert de Sable no es de esas de "Hola, me llamo Robert de Sable. Adiós". Y ahora tal vez se pregunten ¿Y por qué no editaste el primer capítulo? Es porque entonces, para quien estuviese leyendo aquel y de repente leyese que son seis meses en vez de uno de seguro iría a leer el primer capítulo entero a ver si hay otro tipo de cambios, o se sentiría ofendido, o ambas cosas. Además, si tengo entendido, cuando Altair empezó a cazar a los templarios para recuperar su rango, era julio, así que solo retrocedí un tanto en el calendario y pude encontrar un mes (febrero) como referencia, así quue ahora puedo poner fecha a las entradas en el diario de Robert.

Bueno, dejando todo eso de lado, disfruten el capítulo.


Robert había decidido posponer las reuniones temporalmente. Las constantes ausencias de los gobernantes y personas importantes en los pueblos de Damasco Jerusalén y Acre habían empezado a producir ciertos rumores en aquellas ciudades. Y si era algo en lo que los templarios y Asesinos estaban de acuerdo era que a ninguno le gustaba hablar más de lo necesario.

14 de febrero de 1191

Estoy esperando una carta del rey Ricardo. Al parecer solicitará una reunión conmigo. Como siempre, será en Acre. De seguro será sobre cual número de bajas hemos sufrido en la última contienda, si la producción de armas es constante… Como sea. Al menos podré mantener un ojo sobre Garnier, Guillermo y Sibrand. Hombres como Ricardo tal vez pudieran hacerse un hueco en el nuevo mundo que nosotros, los templarios construirían, pero sinceramente, no es algo que espero o deseo con todo el corazón.

"Al menos en eso concuerdo con Guillermo" pensó el Grand Maestre.

De repente oyó un leve golpeteo contra su puerta. "pase" autorizó. Entro uno de sus hombres. Este hizo una leve reverencia y dijo:

-Mi señor, un hombre del rey Ricardo viene a entregarle una carta. Parece importante.

-Por supuesto.-dijo Robert el voz baja, más para sí mismo que para su subordinado. A este lo hizo a un lado, cortésmente, y bajó las escaleras de la fortaleza para encontrarse que, en los jardines, había un chico, posiblemente de no más de diecisiete años, montado a caballo con una carta en la mano.

-¿Usted es el Gran Maestre templario, Robert de Sable?-preguntó después de la habitual reverencia dirigida a alguien de su posición.

-Si.-afirmó.

-El rey Ricardo le envía esta carta.-dijo, bajándose del caballo para dársela.-Me retiro.-anunció el mensajero, se subió a su caballo nuevamente y se marchó.

Robert volvió a su habitación a leer la carta.

Robert:

Requiero de tu presencia inmediata en Acre. Necesitamos hablar de ciertos asuntos, los cuales no sería capaz de poner en una carta sin poner mucho en juego. Espero verte en Acre el 21 de febrero.

Su Majestad, el rey Ricardo I de Inglaterra.

"Como lo suponía" pensó Robert. Llamó a un par de soldados para ayudarlo a prepararse para el viaje y llevó a unos quince hombres como guardia personal. No comprendía el origen de la repentina necesidad de llevar tantos hombres para un simple viaje, pero sentía ansiedad.

-¿Se encuentra bien, Maestre?

Robert volvió a estar consciente de lo que lo rodeaba. Vio de dónde provenía la voz y se encontró con María. O mejor dicho, con el supuesto hombre que llevaba un yelmo del que emanaba la voz amortiguada de María. No entendía el porqué, pero ella insistía en no revelar su verdadero género a sus compañeros.

"Ojala viviésemos en una época de más igualdad" pensó el francés mientras él y sus hombres montaban en caballo hacia las tierras dominadas por el Temple. "Pero lo tendremos" recordó. "Solo hace falta un poco de fe".


Bueno, el segundo capitulo. espero tener buenas ideas para cuando Robert llegue a Acre. Por cierto, la frase que dice Robert al final del capitulo es la misma que dice Lucy en una conversación con Vidic en Assassin's Creed.