Después de innumerables eones, y alrededor de 8 fines del mundo que tanto ha predicado San Internet el Grande, he regresado con un nuevo capítulo.
Pido una gran e inmerecida disculpa por el retraso de dos años, es que el estudio, el ingreso a la universidad, los hobbys, los libros de Murakami, comenzar a jugar League of Legends y el bloqueo de creatividad, cuando vine a reaccionar ya habían pasado más de dos años.
Como pueden notar he corregido mi historia, si no lo notaron, les pido que vuelvan a leer el capítulo 4, ya que lo he editado.
Una vez más pido una inmerecida disculpa.
En otras cosas, en ese capítulo aparecerá la Princesa Flama, perdón, Reina Flama, Phoebe (Fibi).
Me parece un poco, bueno, muy inapropiado que la Reina Flama le dijera su nombre a Bonnibel después de una discusión, y no a Finn en toda su relación, no sé ustedes, pero a mí me molestó cuando vi eso.
También tengo que decir algo, tengo que sacarlo de mi garganta: ¡¿ARE YOU F*CKING KIDDING ME?!
¡En serio! ¿Un bebé? ¿Qué forma es esa de deshacerse del Lich? Digo, hubiese tenido más sentido que se hubiese transformado en un anciano, incluso era pasable que se transformara en un adolecente, ¿Pero un bebé?
¡Uf! Mejor lo dejo. Lo hecho, hecho está.
Este capítulo se desarrollará un poco deprisa al comienzo, pero es porque son cosas que tengo que poner para que tenga coherencia lo que pondré posteriormente, disculpen si parece muy amontonado.
Sin más que decir, excepto:
Por favor, disfruten de la historia.
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¡Danza! Bajo la lluvia, bajo la tormenta. El silbido del aire cortado por miles de lanzas. ¡Alza! La mirada y atento contempla como la fuerza de algunos deja paso a la esperanza.
~Zarcortgame: World of Warcraft~
Cuando las estrellas vuelvan a brillar, cuando haya camino, si regresas a tu hogar, cuenta lo aprendido, diles la verdad, explícales que al cielo es imposible dominar.
~Mägo de Oz: Vuela Alto~
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Capítulo 05: Sentimientos contradictorios.
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Jake había pasado por muchas experiencias impactantes en su vida, el haber perdido a sus padres sin duda está en el puesto más alto, seguido por la pérdida de Finn, y muchas otras cosas que lo han perturbado y marcada de por vida; pero eso no lo prepararía para sentir como todo a su alrededor se rompía como una mentira al saber que la causa de que su hermanito desapareciese fuese por el rompimiento de él y la Reina Flama.
Cuando lo escuchó hace una semana no le prestó mucha atención, su mente estaba muy centrada en Shadow Master, la explicación de Prismo, y la batalla de colosos que vio.
Pero ahora tenía tiempo para reflexionar sobre todo lo que había aprendido, y no le gustaba en absoluto el comprender que le rompieron el corazón nuevamente a su hermanito, que Bonnibel se lo había ocultado todos estos años… y que en gran parte había sido su culpa…
Si él no le hubiese presentado la Princesa Flama a Finn, él tarde o temprano habría superado su enamoramiento con Bonnibel. Pero Jake tenía que insistir y buscarle una novia a su hermanito, evitando que Finn madurase a su propio ritmo, por su propia experiencia.
Esa culpa era lo que evitaba que fuese a pedir explicaciones a Bonnibel, a Marceline, o a Lady.
La muerte se le hacía algo muy complicado, siempre fue así. Pero hubo momentos en los que pudo entender un poco lo que significaba morir, o eso creía…
*Tock* *Tock*
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de alguien tocando la puerta de la casa de Lady.
Jake se levantó del sofá donde estaba sentado y abrió la puerta para encontrar a un hombre, humano, rubio, de magros músculos, alto, y acompañado de una niña.
-¡Hola, Jake! ¡Ha pasado mucho tiempo, ¿Cierto, hermano?!
Bonnibel estaba muy preocupada. No, tacha eso. Ella está exageradamente frustrada.
Toda esta serie de eventos que han sucedido desde el regreso de… No, desde la llegada de Mertens no han ocurrido más que cosas inexplicables, incoherentes, incomprensibles para su mente racional y científica.
¿Magia? ¿Dioses? ¡Basura! ¡No existen tales cosas en esta mundo, ni en ningún otro! Todo puede ser explicado, solo hay que hallar lo que lo hace diferente
´Tiene que haber una explicación para lo que estaba sucediendo, para todo lo que sucedió y para lo que llevó a Finn a ser… así.
¡Ella no tiene la culpa de nada! ¡El Lich miente! ¡Él es un mentiroso!
Pero…
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Mentita entró a su laboratorio con un sobre en una bandeja.
-Su Majestad –dijo Mentita haciendo una reverencia–. Disculpe mi intromisión inadvertida, pero le llegó una carta del Reino de Fuego, de parte de Su Majestad, Rey Flama.
¿Phoebe? ¿Qué querría ella ahora?
-Bien. Déjame la carta y sal, por favor, mentita. Tengo muchas cosas en que pensar.
-Con su permiso –dijo mentita mientras salía.
Bubblegum esperó hasta que Mentita saliera de su laboratorio antes de abrir la carta.
Generalmente Phoebe no la contactaba más que ocasionalmente para preguntarle cosas relacionadas a gobernar sus súbditos, pero algo le decía que esta carta era diferente, por la apariencia parecía más personal.
Decidida a pensar en ello después de leer la carta, Bonnibel abrió la carta y comenzó a leerla.
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Respetada y estimada Princesa Bonnibel Bubblegum.
Espero que se encuentre bien, ya que han pasado 3 meses desde la última vez que contacté con usted.
Me dirijo a usted este día para pedirle personalmente que se dirija al Reino de Fuego, ya que se ha presentado una rareza a mi persona que mi médico personal no ha podido sanar, y necesito saber de qué se trata para poder conseguir una sanación.
Le agradecería que llegase al Reino de Fuego lo antes posible, antes de que mi padecimiento sea notable para mis 'invitados perpetuos', y mis súbditos.
Sin más que agregar, excepto mi agradecimiento con antelación, la espero en mi Reino.
Atentamente:
Phoebe, Rey Flama.
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Esto intrigó a la Princesa Bubblegum, ya que los malestares y enfermedades que afectan a los elementales son cosas relacionadas a su matriz elemental, y los grandes sanadores saben todo acerca de eso.
Pero quizás este enigma le ayudaría a calmar algunas de sus frustraciones por todo lo sucedido con Finn.
En el Reino de Fuego, Phoebe tenía problemas para calmarse.
La situación poco ameritaba el estar calmado, pero tenía que estar calmada frente a sus súbditos y sus 'invitados' para que no traten de quitarla del trono, otra vez.
Constantemente escuchaba voces que le susurraban promesas de prosperidad para su Reino y para sus súbditos. Le decían que llegaría el día en que todo Ooo respetaría y amaría su posición como reina absoluta de Ooo. El día en el que nadie tendría que mentir ni guardar secretos de nadie, ya que solo existiría la honestidad y el amor sobre Ooo, e incluso más allá de Ooo.
Solo tenía que esperar la llegada de 'él', el dueño de todo lo que podrías temer. Solo debía aceptar su regalo, su bendición, su aprobación para poder hacer uso de todo lo que poseía sin el temor del descontrol.
Pero ella no sabía su nombre, solo su título: El Maestro de las Gemas.
Aun así, ella debía ser fuerte y no caer en la tentación y promesas que le susurraban las voces. Bonnibel le aclararía sus dudas cuándo llegara, mientras tanto ella debía vigilar a Don John y a su padre, ya que habían estado extrañamente tranquilos el último par de semanas, y eso era extraño.
Phoebe mira su mano izquierda enguantada en acero y cierra el puño aplicando algo de fuerza, recordando lo que vio esa mañana en su mano: su fuego comenzaba a hacerse más denso y oscuro, pero no le molestaba ni le dolía, solo era el color, o eso creía ella.
Ella tenía un mal presentimiento sobre lo que podría ocurrir en el futuro cercano, pero algo había estado en su mente los últimos días: Finn, el Humano.
Su ex novio, su primer novio, el único novio que ha tenido, el hombre que la lastimó más con su traición, incluso más que la de su padre, pero no podía simplemente guardarle rencor por siempre, no era correcto, y mucho menos posible.
Pero por cinco años lo buscó y no encontró ni rastro de él. Le preguntó a Bonnibel sobre él, pero ella siempre evadía el tema de una forma u otra, sin importar que no fuese sutil.
Todo esto la tenía confundida, ¿Por qué no podía encontrar a Finn, y por qué Bonnibel se negaba a decirle algo sobre él? ¿Le habrá pasado algo a Finn? ¿Acaso él ha…? ¡No! Eso es absurdo. Finn sobrevivió al Lich, y en las mazmorras que saquearon juntos se dio cuenta que él siempre sale de las situaciones difíciles, de una u otra manera.
Entonces, ¿qué ocurría?
En el Reino de Hielo, Simón estaba muy ocupado pensando que hacer con toda la situación que había ocurrido, pensando en cómo actuar de ahora en adelante. Era obvio que estaba muy involucrado con esto, pero no podía dejar que Mertens saliera victorioso de lo que pretendía hacer el mismo.
No, Mertens debía de perecer junto con lo que el objetivo propio que él había estado maquinando desde hace eones. Mertens debería ser desterrado del Plano del Árbol de la Vida. Mertens ya había sufrido lo suficiente al cargar tanto peso en sus hombros.
Pero Mertens había alcanzado la autoridad [Divina], y eso lo hacía casi inmortal, solo un dios puede matar a otro dios, después de todo. La pregunta es, ¿Qué dios estaría dispuesto a enfrentar al Dueño del Orden, el Maestro de las Sombras? Después de todo, incluso los dioses tienen sombra.
No, lo correcto sería decir que mientras haya luz existirán las sombras, y los dioses siempre son vinculados con la luz, y mientras más cerca esté uno de la luz, más grande es la sombra.
Y dudaba aún más de poder conseguir la ayuda de un dios ante lo que acaba de presenciar. Mertens acababa de burlarse del propio Sueño, un eterno, y de su hermano, el propio Destino. Por no hablar de que había desterrado al Rey Amarillo hacia el Olvido, la Nada.
La única opción viable era buscar ayuda en el Vacío. Pero, de acuerdo a lo que había investigado, el Señor del Vacío nunca aceptaba a un 'visitante', menos si llegaba exigiendo autoridad.
¿Quién, entonces, podría ayudar a alguien que quiere matar a un dios?
La respuesta a la que había llegado después de tanta reflexión le aterraba:
El peor de los demonios.
En el Espacio Estelar, o exterior, sobre la órbita de Júpiter, el Gigante Gaseoso, el planeta comenzó a resquebrajarse como si fuera una esfera de cristal. Pero no era el planeta en sí el que se quebraba, sino una parte de su superficie, dando paso a algo que salió disparado de las grietas con rumbo a la Tierra.
Ese 'algo' tenía un rumbo definido, y nada se interpondría para conseguirlo.
Ese 'algo' dejaba una estela de residuos negros y púrpuras que quedaron aún después de haberse ido.
Las fisuras sobre Júpiter desaparecieron como si nunca hubiesen existido.
En el Reino de Hielo, en el comedor de Simon, Yu, Fiona y Hans se encontraban terminando de comer solos, ya que Simon había salido diciendo que no tenía hambre, y Mertens simplemente había desaparecido, no es que eso fuese algo raro, ya que él lo hacía recurrentemente.
Lo extraño era que no podían quitarse de la cabeza la expresión de confusión en el rostro, que por lo general era absolutamente estoico, de Mertens; era inconcebible que él estuviese confundido. Era como decir que el infinito tenía un principio y un fin, sería algo absurdo, algo que dirían los que tuviesen mentes cerradas.
Pero sin duda alguna Mertens había tenido dicha expresión, aunque hubiese sido por poco más de tres segundos, ya que posteriormente desapareció en un destello negro para ir solo él sabe dónde. Si él tenía una expresión que denotaba confusión solo significaría que las cosas se complicarían. Y ya de por sí eran complicadas.
Bonnibel ya estaba preparada para ir al Reino de Fuego, ya llevaba su laboratorio portátil, y unas cosas más que podría necesitar. Si eso no bastaba, Phoebe tendría que ir a su laboratorio para poder investigar correctamente. Bonnibel en serio esperaba que no tuviesen que llegar a eso, porque significaría que lo que sea que tiene Phoebe sería serio, muy serio.
Bonnibel estaba en su laboratorio para afinar unos detalles antes de irse, y anotar algunas ideas que se le ocurrieron en último minuto con respecto a Mertens, ya que entre más pensara Bonnibel en él, más sentía que traería problemas para Ooo, y más importante para su Reino.
Mientras Bonnibel seguía pensando, ella escuchó un sonido similar al de un cuerno que provenía de atrás de ella. Al voltearse vio un círculo blanco con un aura dorada, además de tener varias figuras concéntricas dentro del mismo; de acuerdo a lo que ella había esto era un círculo de hechizos, quizá de un hechizo de transportación.
Bonnibel, al ser muy precavida siempre tenía armas escondidas en casi todo su reino, así que ella sacó una pistola de plasma y apuntó hacia el círculo.
Del círculo salió un destello de luz que cegó temporalmente a Bonnibel, unos 8 segundos. Mientras Bonnibel estaba ciega, escuchó unas risitas –como de niños–, campanillas y también un sonido similar al viento crepuscular. Cuando por fin pudo ver, tuvo que parpadear en repetidas ocasiones para aclarar su visión y pudo observar al nuevo 'invitado' que tenía en su laboratorio. También se dio cuenta de que ya no tenía su arma.
El sujeto frente a ella –porque parecía hombre pero era difícil decir que era– era un sujeto de aproximadamente 2 metros de altura, parecía rechoncho, poseía una pequeña máscara de madera con forma circular con tres huecos en ella que brillaban con un ligera luz dorada, y también un extraño traje que consistía en una camisa gris, unos pantalones rojos, unos guantes rojos y otros detalles que lo hacían parecer un poeta de la edad media anterior a la guerra de las setas. Su cuerpo era un poco desproporcionado, ya que tenía unos grandes brazos que casi llegaban al suelo si estaba de pie; no poseía pies, desde la rodilla eran como prótesis de madera, un par de palos con ciertos grabados; era difícil diferenciar donde comenzaba su cabellera y donde su barba, porque lo que no cubría su máscara, era cubierto por una gran y espesa cabellera blanca. A su lado flotaba un cuerno de madera con la boca de oro, y en la boca había una piedra esférica con grabados en ella, tapando la boca. Él flotaba, sus pies no tocaban el suelo.
Al escuchar otra vez las risitas y las campanillas, Bonnibel se percató de la presencia de varios otros visitantes, estos muy pequeños, del tamaño de una mano adulta, de apariencia humanoide. Parecían fantasmas dorados.
Los dos se quedaron en silencio mirándose fijamente, hasta que el visitante habló:
-Saludos, Princesa Bonnibel Bubblegum –la voz del visitante era poderosa y difícil de entender, pero Bonnibel lo escuchaba directamente en su mente por lo cual logro comprender lo que decía su visitante–. Me puede usted llamar Bardo, el Guardián Trotamundos. Traigo un mensaje de la Estrellas. Un mensaje de advertencia…
Mertens se encontraba flotando sobre la estratosfera terrestre mirando hacia el hueco que había en el planeta otrora llamado Tierra. Su mirada era impasible, nadie podría detectar una sola emoción en él, ni siquiera el más prodigioso de los empáticos; pero todavía rondaba en su cabeza la sensación que había tenido hace unos momentos: confusión.
Él no había sentido una sola emoción desde que se alejó de los 'otros dos', hace eones. Su cuerpo, su fuerza, sus emociones, sus sentimientos llevaban muertos hace más de lo que cualquier mortal podría recordar. No importa cuánto tiempo pasase, él jamás había sentido nada, ni siquiera la más leve brisa. Él era, y es, una mente corpórea, una autoridad innegable que había alcanzado lo divino, y había trascendido lo divino. En toda la Creación, en todo el Límite y en todo el Vacío solo existían unas cuantas criaturas capaces de negarse a sus órdenes. Se podían contar con las dos manos.
Pero había sentido.
Había sentido confusión al momento en el que un portal se habría en la superficie terrestre; una confusión primitiva, ignorante, todo lo contrario a él. Y eso significaba que el otro había llegado a la Tierra.
Eso era algo muy improbable que sucediese, la lógica dictaminaba que las probabilidades eran de 97/15270795, es decir, muy pocas. Pero el debió saber que todo estaba conectado, y ahora tenía que acelerar las cosas, lo antes posible.
A su favor estaba el viento, de eso no cabría duda alguna, pero no se puede predecir todo con exactitud, jamás. Él lo aprendió a lo empírico.
Por ahora, solo esperaría la llegada de sus invitados y de la Bruja de Babilonia. Al recordar a la bruja, hizo aparecer en su mano izquierda una esfera con un brillo dorado. El ojo del amante de la bruja, el recipiente de su alma.
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Autor:
Personalmente les recomiendo encarecidamente que lean el comic Injustice – Gods Among Us, me fascinó tanto la idea de lo que podría hacer un Superman Antihéroe que había perdido todo lo que amaba y posteriormente se hiciera malvado, y con él arrastrase a gran parte de la Justice League. De hecho en la historia del comic me basé para hacer la del Maestro de las Gemas, que pondré más adelante.
Ya no digo más, porque sería spoiler. También les recomiendo jugar Injustice – Gods Among Us, que es donde se basa el comic, la idea original.
También quiero aclarar que no odio a Bubblegum ni a Phoebe, pero si estoy molesto por cómo se desarrolló Adventure Time, así que si tengo algún resentimiento con alguien, sería con los autores de Adventure Time.
Espero no tardar tanto en actualizar mi siguiente capítulo, pero por como veo la universidad, quizás sí tarde un poco en terminarlo.