Hola, bienvenidos al fic más largo que he hecho hasta ahora. Es un gran honor para mí hacer esto para entretenimiento de quienes nos gusta la serie de Hora de Aventura.


Mírame de otra forma

Prólogo

La Pulsera

Era un día fresco y a la vez muy soleado, en una época en donde había una brisa muy fuerte por todo Ooo.

Una Chica que se convirtió en una Gobernante estaba aprendiendo a ser responsable de un Reino de fuego. Para muchos aquella chica era llamada como "Reina" o "Gobernante" pero preferiblemente para ella era mejor que la llamaran Princesa, no sabía porque le gustaba tanto ese título a pesar de que ya no disponía de él. Después de todo solo tenía quince años, quizás a los dieciocho sea más apropiado ser llamada Reina.

La Princesa abrió la puerta del centro de la habitación donde se encontraba su trono y una sala muy conocida para varios, acompañada por otra elemental de fuego a la cual que era familiar de ella, con el tiempo que ha pasado ha venido a ayudarle y mucho, esto hiso que sus lazos se volvieran aún más fuertes.

Ambas habían aprendido mucho de la otra.

-Vaya... ¡eso fue realmente divertido!… jamás había visto un espectáculo de obra de teatro desde el asiento más alto – decía sonrientemente la nueva soberana y gobernante del Reino del Fuego a su Tía – no puedo creer tantas cosas que había en el Reino que no pude ver… ¡el cultivo de donde viene la comida del Reino también era hermoso!- sonrió contenta como jamás lo había estado

-Me alegra que te estés divirtiendo – contesto sentándose en su lugar mientras Phoebe la seguía con la mirada – que bien que al fin tengas la vida que siempre quisiste – sonrió. Aquella frase dejo a la Princesa pensativa por unos momentos, ahora tenía toda la libertad que siempre quiso desde pequeña... o al menos así lo pensaba ella ¿Por qué no sentía que se llenaba por completo ese vaso de felicidad? ¿Faltaba algo?

Quizás lo que tuvo que perder para lograr esto.

- Claro… - miro hacia abajo y soltó un suspiro. Se sentó en su trono para poderse relajar un poco después de tanto trabajo que le había tocado hacer esa mañana, cuando de pronto se escuchó una voz fastidiosa para los oídos de quienes estaban en la habitación.

- ¡¿Cuánto tiempo estaré aquí encerrado?! – gritó el padre de la chica sobresaltándola, desde una gran lámpara que colgaba al final de la habitación (arriba del trono real, para ser exactos), la Princesa volteo con una mirada de furia y cansancio hacia dónde provenía la voz, fastidiada puesto que le tocaba aguantar los gritos de su padre diariamente, a veces hora tras hora... como si ser Reina a temprana edad no fuera lo suficientemente agotador.

-¡El tiempo que yo deseé dejarte ahí! – Aumento el fuego de su cabello, luego volteo tratando de tranquilizarse – no sé, unos… 14 o 15 años… lo suficiente para que sea justo - dijo la Princesa sin preocupación y una mano en su mejilla izquierda

-¡Pero esto es horrible! – La Princesa frunció el ceño y miró de nuevo hacia él, cualquiera podría notar que ella con los ojos le decía "dímelo a mí". - ¡Esto es espantoso! –Continuo el elemental encerrado, miro hacia la derecha y pudo ver a otro elemental de fuego salir del baño y escucho como le jalaba a la cadena - ¡Tan solo pide una puerta para ese baño! – Gritó desde la lámpara

-Pues no mires a ese lado, ya te acostumbraras – entrecerró los ojos con indignación

- ¿Crees que esto es divertido? - el Ex Rey Flama gritó cansado de la insolencia de su hija - ¡Pues no reirás mucho cuando el Príncipe Finn consiga otra novia!- soltó dándole un golpe en pecho a Phoebe con esas palabras. La Princesa se estremeció de inmediato con los ojos perdidos. El que su padre haya escuchado esa vez que ella le dijo a Finn que no seguían saliendo fue una gran metida de pata.

-¡Cállate y no te metas en asuntos que no son de tu incumbencia! – Gritó estallando en llamas y acercándose al frente de la lámpara volando – Si te hubieras preocupado por ser mejor gobernante tal vez no estarías en esta situación ¿acaso tienes idea de cuantas almas inocentes estaban sufriendo en este Reino? – La Princesa volvió más calmada hacia su trono, había aprendido a controlarse más – han mejorado mucho las cosas ¿sabes? ahora ya nos invitan a la Asamblea Real de Ooo- el Ex Rey Flama dio un suspiro.

Así paso el resto de la mañana, con varios intentos fallidos de callar al antiguo Gobernante, la Princesa pudo calmarse y volver a retomar el dichoso trono para relajarse durante un rato… aunque si, era algo aburrido... pero para ser tan solo una chica era bastante responsable, en un tiempo tendría que hacer más cosas por sus súbditos, revisar las transacciones con los otros reinos, aceptar ofrendas, y mucho más. Solo debía procurar que todo en el Reino estuviese bien, así que para divertirse un rato se puso a jugar un videojuego.

-Nunca me podrás vencer, Abraham Lincoln – exclamó mientras oprimía los botones de una pequeña consola

~Unos cuarenta y cinco minutos después~

La puerta principal del Reino comenzó a abrirse llamando la atención de la Princesa – Hola Princesa – Flama levanto la vista y después sonrió. Acababa de entrar un buen amigo que había hecho últimamente, aunque no era el mejor para hablar… era honesto, que era lo que importaba para ella.

-Oh, Hola Pan de Canela – saludo la Princesa - ¿Cómo te fue con los lobos de fuego?-

-Bastante bien – se río - estoy aprendiendo más de ellos ¿Sabías que no les gusta el agua? – la Princesa Flama sonrió ante la pregunta de su amigo

-Sí, Pan de Canela. Lo sabía – la Princesa se río

-¡Oh, también uno de los lobos de fuego me dio esto! – Pan de Canela extendió el brazo en el que llevaba el objeto y se lo mostro a la Princesa Flama, la Princesa camino hacia donde se encontraba Pan de Canela.

-¿Qué es? – sostuvo el objeto entre sus manos

-Es una pulsera, de esas que usan en las manos- la Princesa arqueó una ceja interrogante, viendo mejor el objeto

Era una pulsera de al parecer oro que estaba brillando con un color dorado brillante, tanto que parecía más bien que aquel lobo de fuego se la hubiera robado a un millonario. Flama miro el objeto detalladamente de un lado para otro. La Pulsera tenía tres gemas que la rodeaban, muy bonitas, pero comparadas con el resto del material tenían un color muy triste y apagado como si solo esas tres pequeñas piedras se hubieran deteriorado de hace muchísimo tiempo, la observo un poco más y para esto la giro poco a poco. Logró distinguir unas palabras que estaban grabadas en la pulsera

"humanity"

-Creo que esa pulsera te quedaría muy bien – dijo su Tía

Flama se quedó pensando por un momento - ¿Lo crees? – Ella asintió – Bien… me la quedaré, de todos modos ya iba a ir a mi habitación a cambiarme… este uniforme me tiene sin poder respirar… - dijo caminando tranquilamente por el pasillo.

Abrió la puerta de su habitación y se introdujo. Su alcoba era de color rojizo, tenía un armario, un tocador, una tv, una mesa de noche y una cama doble para casados... sé lo que piensas ¡Y no! No está casada, aprovechará el espacio de esa cama para dormir más cómoda en todo este tiempo soltera.

Observó la pulsera mientras elegía la ropa que se pondría, una y otra vez. -Es una linda pulsera- la había dejado en una pequeña mesa que se encontraba a su lado, cayó dando un giro en donde se pudo ver un pequeño destello reflejando las palabras que tenía grabadas

Se sentó en su cama y comenzó a cambiarse de ropa, se puso un vestido que dejaba ver sus piernas debajo de la rodilla por adelante, por atrás era largo que iba un poco más abajo de sus talones, era de color rojo con tonos más claros y oscuros, y a gusto de la Princesa Flama, no llevaba calzado.

Se miró al espejo un par de veces para ver si algo faltaba en su vestimenta, mientras hacía esto miró de reojo en la estantería una pequeña roca con una marca de labios, un gesto de tristeza se formó en la cara de la Princesa Flama ¿Por qué aún conservaba eso?. Observo al lado de la roca, era una vela aromática que guardo… volvió a dar un pequeño suspiro...

No hagas caso a lo que dice tu padre, no es verdad – dijo una voz en su mente

-Pero puede ser posible…- aporto una voz más

Agitó su cabeza para sacar esos pensamientos y se dirigió a la salida, antes de salir de su alcoba tomó la pulsera de la mesa y se la puso en su muñeca izquierda adornándola, al instante sintió un pequeño escalofrió adentro de ella… algo que era muy raro en un elemental de fuego; sin embargo aunque la Princesa no se dio cuenta, alrededor de la ella se formó un pequeño brillo que inicio en sus pies, rodeando todo su cuerpo y terminando en su cabello, pero duro menos que un pequeño parpadeo ese momento tan extraño, así que la Princesa apenas pudo notar que algo había cambiado.

Sin importarle lo sucedido, siguió su camino por el pasillo que llevaba a la sala real donde se encontraban Pan de Canela, su tía y su insoportable padre, pero antes de llegar pasaron junto a ella un par de elementales de fuego que caminaban hacia atrás, después de pasar al lado de ella se la quedaron observándola mientras ella seguía su paso, sin creer lo que estaban viendo. La Princesa solo los miro con algo de preocupación ¿Qué ocurrió? ¿Tenía algo en el rostro? ¿Qué pasaba?

Al fin llego a su destino con la esperanza de olvidar ese pequeño e incómodo momento, cuando llegó vio la cara de su padre con ojos abiertos al máximo, escucho una pequeña risa de Pan de Canela y un pequeño grito de sorpresa por parte de su Tía Política.

La Princesa Flama solo se sobresaltó - ¿Qué, que pasa? – preguntó

-Oye, ¿Quién eres? Te pareces mucho a la Princesa Flama- dijo Pan de Canela inocentemente, pero aun así confundiéndola aún más

- ¿Eh?- soltó ante lo que dijo Pan de Canela - ¿A qué te refieres Pan de Canela? Soy yo, la Princesa Flama… -


De verdad que adoro mi propio fic, pero a ustedes ¿Qué les parece? Todo un dolor de cabeza lo que le vaya a pasar a la Princesa Flama. Si quieres ver más sigue leyendo el próximo capítulo ~

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¡Nos vemos!

Hora de Aventura es creación de Pendleton Ward, ℗ Cartoon Network.